García Lidera el Asalto de Osasuna Contra un Levante Desarmado

Pásalo Puntuación Futmetrix: 23/100. En una batalla por la supervivencia, Osasuna ejecutó un plan defensivo impecable para vencer a Levante 2-0 en El Sadar, acercándose a la salvación mientras los visitantes se hunden en la crisis.

El Golpe Tempranero que Cambió Todo

Víctor Muñoz no esperó a que el partido respirara. En el minuto 13, el delantero rojillo aprovechó una asistencia de Rubén García para abrir la lata y establecer el tono de una tarde que sería de dominio local. Ese gol tempranero fue más que un tanto: fue una declaración de intensidad que Levante nunca pudo contrarrestar. Los visitantes, atrapados en una racha de cuatro derrotas consecutivas, llegaban a Pamplona sin la moral ni la precisión para competir en igualdad de circunstancias.

García Sella la Sentencia

Si el primer gol fue el puñetazo inicial, el segundo fue el nocaut. En el minuto 36, García volvió a aparecer en el momento justo, esta vez rematando una asistencia de Moncayola para hacer el 2-0. Con esa anotación, el extremo completó una actuación de 8.5 de rating, demostrando por qué es el corazón palpitante del ataque rojillo. Mientras tanto, Flavien Boyomo tejía una red defensiva impenetrable desde atrás, ganando cada duelo aéreo y cerrando cada grieta por la que Levante intentaba colarse.

La Matemática de la Supervivencia

Este era un duelo de seis puntos en la zona de descenso. Osasuna, en la posición 17, necesitaba estos tres puntos como agua en el desierto. Levante, en el pozo de la tabla en la posición 20 con apenas 9 puntos en 14 jornadas, llegaba a El Sadar buscando una reacción que nunca llegó. Los números cuentan la historia: Osasuna disparó 14 veces al arco, con 6 remates a puerta. Levante, a pesar de su 59% de posesión y sus 520 pases, apenas logró 5 disparos a puerta. Fue una lección magistral de equilibrio: sacrificar la pelota por la solidez defensiva.

Levante, Atrapado en el Abismo

Los visitantes llegaban con una defensa destrozada (26 goles encajados en 14 partidos) y una ofensiva sin chispa (solo 16 goles marcados). En El Sadar, ambos males se hicieron evidentes. Su xG de 0.42 reflejaba una falta de oportunidades claras, mientras que Osasuna, con 0.81, convirtió la mitad de sus ocasiones en goles. Cuando el fútbol te castiga así, la permanencia se aleja un poco más.